La materia y la forma

 




Los filósofos han venido notando, desde hace tiempo, que a las cosas les pasa algo muy raro. Imaginaos, por ejemplo, una mesa. De un lado, la mesa parece un objeto material, que ocupa un espacio, y que como todo lo material se puede dividir en partes; además, todas las partes de la mesa (sus átomos y partículas elementales) están moviéndose constantemente, por lo que la mesa entera está sujeta al tiempo (cambia, envejece cada día, etc.)… Ahora bien: si la mesa cambia toda ella a cada instante: ¿Cómo es que la reconocemos, de un instante a otro, como la “misma” mesa? ¿Raro, no? Además, siempre la captamos como “una” mesa, como un “todo”, pese a que, si todo en ella fuera material, no tendría unidad ninguna, pues en ese caso la mesa no sería más que un conjunto de partes separables una y otra vez en otras partes. Para más confusión, resulta que, aun siendo un objeto espacial, la mesa sigue siendo ella misma aunque la cambiemos de sitio (como si el espacio no la afectara del todo)… ¡Madre mía con la mesa!... Los filósofos han intentado arreglar este problema suponiendo que las mesas (bueno, los objetos, y los animales y las personas y casi todo lo demás) tienen como dos lados o aspectos. De un lado son MATERIA (cuerpos extendidos en el espacio, divisibles, sujetos al cambio y al tiempo). Pero, de otro lado, parecen tener una FORMA o estructura que, a diferencia de la materia ha de ser INCORPÓREA, INDIVISIBLE, INVARIABLE Y ATEMPORAL. Sin esta forma, dicen, las cosas carecerían de identidad, no podrían ser “una mesa”, “Madrid”, “Juan Pérez”, ni nada…

Ahora bien. ¿Cómo va a existir algo –como la Forma— incorpóreo como un fantasma, carente de espacio y ajeno al tiempo, como si estuviera en otro mundo distinto al Universo físico?... Increíble, ¿no? Por eso, algunos filósofos niegan la existencia de la forma: las cosas (y las personas y todo lo demás) son únicamente materia. A estos filósofos se les llama materialistas o inmanentistas...

Sin embargo, a otros filósofos (bastante más raros) lo que les parece increíble es que exista la materia. ¿Cómo va a existir –dicen— algo divisible hasta el infinito y que está siempre cambiando? ¡No podría ser nada, se disolvería a cada instante! Por eso, a estos filósofos lo que les parece real es la forma. Les suelen llamar idealistas, platónicos, trascendentalistas...


Entre estos dos extremos está todo el juego de la filosofía: los filósofos de la materia y los filósofos de la forma, los filósofos que defienden que la única realidad es esta "caverna" (el mundo que vemos), y los que defienden que la verdadera realidad está fuera de la "caverna", en un mundo distinto al que ahora vemos… ¿Cuál de estos dos tipos de filósofo estará más cerca de la verdad?

PRUEBA A PENSARLO TÚ.

1. ¿Te parece creíble que existan cosas que no ocupan ningún espacio ni están sujetas al paso del tiempo? ¿Por qué?
2. Imagina algo que estuviese siempre cambiando y que pudiera dividirse indefinidamente. ¿Puedes hacerlo? ¿Podría haber algo así? 

Y aquí dos vídeos para entender un poco que es esto de la "forma".


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