El idealismo subjetivo y el emergentismo.

 


Algunas variantes del materialismo o, mejor, del inmanentismo, son el idealismo subjetivo y el emergentismo.

El idealismo es la idea de que toda realidad es, antes de nada, una idea (un fenómeno mental) en mi mente. Uno puede pensar ingenuamente que el mundo se refleja tal cual es en su mente, como si esta fuera un espejo. O puede ser un poco más crítico y darse cuenta de que el mundo que vemos y pensamos es antes una visión o pensamiento que un mundo. La filosofía idealista arranca de la sospecha de que la mente (esa compleja máquina con la que vemos y pensamos) modifica la realidad al captarla o comprenderla, de manera que siempre conocemos el mundo con la forma que le da la mente al conocerlo. Conocer sería entonces, no captar el mundo tal como es (¿Quién podría hacer esto?), sino un modo adecuado de producir ideas (imágenes, pensamientos) a partir de los estímulos que nos llegan del entorno, o incluso a partir de la propia mente, como si toda realidad y certeza brotaran de ella y solo de ella (a esta última versión del idealismo subjetivo se la conoce como "solipsismo"). 

Consideramos el idealismo subjetivo como una teoría inmanentista porque, al reducir todo lo real a fenómenos mentales, apuesta por definir lo real con propiedades inmanentes, como mínimo las del tiempo y el cambio, pues toda la fenomenología mental ocurre como un proceso cambiante en el tiempo (desde una perspectiva más estrictamente materialista se añadirían también las propiedades de la extensión y el espacio, dado que todo lo mental sería reducible, a su vez, a materia orgánica: el cerebro, etc.).

¿Qué problemas presenta el idealismo subjetivo? En primer lugar, si pienso es que pienso algo  ¿Pero en qué pienso? Supongamos que pienso en mi pensamiento (¿qué voy a hacer, si no existe nada más?) Esta suposición ya presupone una inevitable distinción en mi mente o pensamiento, la que hay entre el pensar y lo pensado. ¿Pero qué puede hacer esta distinción en mi mente? ¿Puede el pensamiento distinguirse de sí mismo? Sólo si hay otra cosa que no sea pensamiento... Pero además, supongamos que no existiera más que mi pensamiento o mente pensante. ¿Qué distinguiría un pensamiento verdadero de otro falso?  Nada. Ningún pensamiento sería verdadero ni falso. Pues, ¿con qué contrastaríamos lo que pensamos si nada hay más que nuestro pensar? Si pienso que todo es pensamiento, eso será verdadero (pues no existe más que mi pensar). Pero si pienso que no pienso, también será verdadero (es lo que pienso). A no ser, en este último caso, que existan leyes lógicas según las cuales mi último pensamiento fuera contradictorio. Pero, en ese caso: ¿no habría algo más que mi pensamiento: las leyes de la lógica? Claro que alguien podría decir que la lógica es un invento de mi pensamiento. Pero, en ese caso, ¿cómo puede mi pensamiento, por sí solo, crear una cosa distinta de él? (Eso parece tan difícil como que el agua, por ejemplo, cree por sí misma los peces o las leyes de la hidráulica). Además, las leyes lógicas parecen invariables en el tiempo, mientras que el pensamiento parece algo puramente temporal. ¿Podría ser que algo temporal crease algo intemporal?... Aplíquese este argumento al resto de las facultades mentales (la voluntad, los sentimientos...), si es que hay otras además del pensamiento (cosa que un idealismo consecuente no podría demostrar, pues, de nuevo, qué distingue unas facultades de otra en la mente si no hay más que "sustancia" mental...) Así: ¿Por qué habría de querer o sentir cosas distintas? ¿Por qué habría de experimentar frustración alguna de mis deseos, si todo lo que existiera fuera yo, es decir, mi mente? El mundo sería exactamente igual a mis deseos, lo cual no parece cierto, ¿no?... Alguien podría decir que en mi mente hay una parte inconsciente que no controlo y que hace que el mundo (el que crea mi mente) no sea como yo quiero (tal como ocurre en lo sueños). Pero, en ese caso: ¿qué distingue en mi mente lo consciente de lo inconsciente? De nuevo: ¿La mente se divide a sí misma? ¿Cómo?...

Así que, y como decía Descartes, si pienso, existo; cierto. Pero si lo pienso más (insisto) existe también la lógica (¿Cómo iba a llegar a la conclusión anterior, o cómo podría engañarme sin ella ningún genio maligno como el de la hipótesis cartesiana?). Y también el mundo (¿O por que otro motivo no ocurre todo lo que me gustaría que ocurriera?). E, incluso, quizás Dios, el ser perfecto. ¿O es que no duda mi mente? Y si duda, sin duda que es imperfecta. Pero ¿qué sería de lo imperfecto sin lo Perfecto? Nada...



De otro lado, el emergentismo es una forma de dualismo inmanentista. Lo explicamos. El emergentismo sostiene que a partir de cierto grado de complejidad en la relación entre cosas de un determinado tipo pueden “emerger” cosas de otro tipo distinto (con otra forma) y con propiedades distintas. Así, de la relación compleja entre cosas materiales e inorgánicas emergen los seres vivos; y de la relación entre seres vivos y entre neuronas emergen las representaciones mentales y las propias teorías científicas, matemáticas, etc... El emergentismo es una teoría ontológica complicada. Es inmanentista, por que afirma que todo, en el fondo (o en el origen), arranca de una realidad de carácter espacio temporal (extensa, cambiante), como es la energía o la materia. Pero, a la vez, admite la existencia de otro tipo de realidad, no estrictamente material, sino formal, con características muy diferentes a la de la materia (inextensa, incorpórea, invariable en el tiempo). Pero eso sí, estas otras realidades formales --afirma-- "emergen" de la materia, aunque sean totalmente diferentes de ella. Por eso decimos que el emergentismo es una teoría dualista (existen dos tipos de realidad en la realidad), aunque no de un dualismo "simétrico": la realidad fundamental (de "donde" emerge la "otra") es la materia, lo inmanente, lo espacio temporal... 

Los principales problemas del emergentismo son los siguientes. El primero es explicar cómo de algo que es único y con determinadas propiedades (la materia) surgen otras cosas con propiedades distintas, e incluso opuestas: ¿Cómo puede surgir o relacionarse lo inorgánico con lo orgánico, los cuerpos y las mentes, lo consciente con lo inconsciente, las ideas universales con lo que es particular y concreto, las leyes con los hechos, o la materia, en fin, con la forma? etc.). De otro lado, si, por ejemplo, las leyes y teorías matemáticas o físicas emergen de la energía o la materia, como resultado de un proceso, ¿querrá eso decir que al principio la realidad carecía de propiedades matemáticas o leyes físicas? ¿Podría haberse dado el proceso de emergencia sin una leyes que lo regularan como tal proceso?...



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